En el vapor suave que se eleva lento,
Un mundo de susurros, un cuento,
De hojas verdes, en jardines nacidas,
A tazas donde el calor trae vidas.
Un sorbo de té, una pausa serena,
Un momento de paz, con la naturaleza plena,
Infundido con sol, y besado por el rocío,
Cada taza cuenta una historia, vieja pero nueva.
Verde y fresco, el amanecer anima,
O negro y fuerte, cuando el día se aproxima,
Oolong profundo, un misterio sin fin,
Y el té blanco, como oro líquido, divino.
En tazas de porcelana o simple barro,
En noches lluviosas o días claros,
El té une, con su calor nos llama,
Un baile de sabores, en la vida calma.
Así que hierve una tetera, y sirve una taza,
Deja que las preocupaciones se desvanezcan, que la alegría rebosa,
En cada hoja, un secreto se encuentra,
En cada infusión, mil cielos se inventan.
Porque el té, amigo mío, es más que una bebida,
Es tiempo para respirar, para reflexionar en la vida,
En cada gota, el mundo podemos ver,
Un gusto de calma, en una taza de té.