Un Pueblo con un Problema
En un pequeño pueblo rodeado de verdes colinas, los habitantes llevaban una vida sencilla y feliz. Pero un verano surgió un problema extraño: los granos almacenados en sus despensas comenzaban a desaparecer. Día tras día, los sacos se volvían más ligeros, y los aldeanos se preocupaban por si tendrían suficiente comida para el invierno.
Decididos a resolver el misterio, los ancianos del pueblo reunieron a todos en la plaza. Uno de ellos dijo: “Debemos proteger nuestro grano, pero primero necesitamos descubrir quién o qué lo está robando.”
La Observación del Gorrión
En lo alto de un árbol, un pequeño gorrión llamado Chispas observaba la reunión. Chispas era conocido por su aguda visión y su ingenio. Al escuchar a los aldeanos, decidió ayudarlos.
Al atardecer, Chispas comenzó a observar la despensa desde su rama. Pronto notó algo extraño: un grupo de ratas entraba por un pequeño agujero en la pared de la despensa. Las ratas mordisqueaban los sacos de grano y se llevaban los granos a sus madrigueras.
“Debo advertirles a los aldeanos”, pensó Chispas con determinación.
La Reacción de los Aldeanos
A la mañana siguiente, Chispas voló hacia la plaza del pueblo, piando fuerte hasta que los aldeanos prestaron atención. “Síganme”, parecía decir con sus movimientos.
Intrigados, los aldeanos lo siguieron hasta la despensa. Allí, Chispas se posó cerca del agujero en la pared. Cuando los aldeanos inspeccionaron el lugar, exclamaron: “¡Ratas! ¡Así es como están robando nuestro grano!”
Pero el viejo Pedro, uno de los más sabios del pueblo, negó con la cabeza y dijo: “No basta con descubrir el problema. Debemos encontrar una solución.”
La Idea de Chispas
Chispas comenzó a piar de nuevo, como si dijera: “Tengo un plan.” Voló por el pueblo, aterrizó cerca de unos arbustos llenos de espinas y luego picoteó el suelo cerca de un charco de barro seco.
Los aldeanos observaron sus acciones con atención. Un niño llamado Mateo dijo emocionado: “¡Creo que nos está mostrando cómo tapar el agujero!”
Juntos, los aldeanos recogieron ramas espinosas y mezclaron el barro con agua para hacer una pasta espesa. Usaron esta mezcla para sellar el agujero en la pared y colocaron las ramas espinosas alrededor para evitar que las ratas lo mordieran.
Una Lección Importante
Esa noche, Chispas volvió a observar la despensa. Las ratas regresaron, pero al ver las espinas y sentir los pinchazos, huyeron sin volver.
A la mañana siguiente, los aldeanos celebraron. “¡Nuestro grano está a salvo, gracias a Chispas!” dijeron con alegría. El pequeño gorrión se convirtió en un héroe del pueblo.
Los aldeanos también aprendieron una valiosa lección: entender un problema es solo el primer paso, pero resolverlo requiere acción y sabiduría.
El Legado del Gorrión
Desde ese día, cada vez que surgía un problema, los aldeanos decían: “Piensa como Chispas. Observa con cuidado, comprende la situación y actúa con inteligencia.”
Y así, el pueblo prosperó. Los habitantes trabajaron juntos y recordaron las enseñanzas del sabio gorrión que les mostró cómo enfrentar cualquier obstáculo con ingenio y unidad.