Moral: La mejor respuesta a la grosería es la indiferencia.
Un Asno arrogante tuvo una vez la insolencia de lanzar comentarios despectivos sobre el León. Al principio, el León se sintió algo enfadado por el insulto, pero al darse cuenta de quién provenía, su ira se desvaneció de inmediato. Entonces, siguió caminando serenamente, sin dignarse a responder al despreciable animal con ni siquiera una palabra de enojo.