La forma más segura de alcanzar nuestras metas es moderar nuestros deseos.
Un niño, según cuenta la fábula de Epicteto, metió la mano en un jarrón donde había una gran cantidad de higos y avellanas. Agarró tantas como su puño pudo sostener, pero cuando intentó sacar la mano, la estrechez del cuello del jarrón se lo impidió. Incapaz de soltar ninguno, pero también de sacar la mano, se echó a llorar y lamentó amargamente su suerte. Un hombre honesto que estaba cerca le dio este sabio y razonable consejo: «Toma solo la mitad, muchacho, y podrás sacarla fácilmente».