Moraleja: La fortuna, sin la concurrencia del vicio, no puede destruir efectivamente nuestra felicidad; mientras que el vicio, sin la ayuda de la fortuna, puede hacernos miserables al máximo.
El Vicio y la Fortuna, según Plutarco, una vez tuvieron una violenta discusión sobre quién de ellos tenía más poder para hacer infelices a los humanos. La Fortuna se jactó de que podía quitarles a los hombres todos los bienes externos y traerles todos los males externos. «Está bien,» replicó el Vicio, «pero eso no es suficiente sin mi ayuda; mientras que yo, sin la tuya, puedo hacerlos completamente miserables; incluso, a pesar de todos tus esfuerzos por hacerlos felices.»