La independencia adquirida por el trabajo es preferible al estado de vasallaje más espléndido.
Una hormiga y una mosca tuvieron una ridícula disputa sobre la precedencia, y discutían sobre cuál de las dos era más honorable: tales disputas ocurren con más frecuencia entre las criaturas más bajas y menos valiosas. La mosca expresó gran resentimiento por el hecho de que una pobre y arrastrada hormiga se atreviera a disfrutar del mismo sol que ella. «No puedes tener la insolencia», dijo, «de imaginarte igual a mí. No soy una de esas criaturas mecánicas bajas que viven de su trabajo; sino que disfruto en abundancia y sin trabajo de todo lo que es verdaderamente delicioso. Me coloco sin control sobre las cabezas de los reyes; beso libremente los labios de las bellezas; y disfruto de los sacrificios más selectos que se ofrecen a los dioses.» La hormiga respondió, «Comer con los dioses y disfrutar de los favores de los poderosos sería un gran honor, pero un intruso impertinente que es rechazado con aversión y desprecio dondequiera que aparezca, no tiene mucho motivo para presumir. Y en cuanto al honor de no trabajar para subsistir; aquí también tu jactancia es solo tu deshonra; porque debido a eso, la mitad del año estás sin las necesidades básicas de la vida; mientras que yo, al mismo tiempo, me retiro a los graneros que mi honesto trabajo ha llenado, y disfruto de cada satisfacción, independiente del favor de las bellezas o los reyes.»
