Es injusto y cruel divertirnos a expensas de la paz y felicidad de otro.
En la orilla de un gran lago, habitado por un gran número de Ranas, un grupo de Niños estaba jugando. Su diversión era tirar piedras al agua, lo que causaba gran molestia y peligro a las pobres ranas aterrorizadas. Finalmente, una de las más valientes, levantando su cabeza por encima de la superficie del lago, dijo: «¡Ah, queridos niños! ¿Por qué aprender tan pronto las prácticas crueles de su raza? Consideren, les ruego, que aunque esto puede ser un juego para ustedes, es la muerte para nosotros».